lunes, 27 de junio de 2022

Hasta siempre, hijo mío (Di jiu tian chang) (2019)

 

Director: Wang Xiaoshuai

China

2019

180 min

Drama


Sinopsis: Dos familias muy amigas comparten sus días en la China comunista de los 70. Cada una con su hijo varón. Y uno de los hijos muere accidentalmente. Algo que destruye a esa pareja para siempre. Y también la amistad entre las familias. 

La vida sigue y adoptan a otro niño, al que llaman igual. Escondiéndose de sus antiguos amigos. Pero las cosas no van saliendo como esperaban. Y la vida sigue siendo muy dolorosa para ellos


Valoración cinéfila 8/10

Valoración adopción 10/10


Extraordinaria película, aunque larga (casi 3 horas) sobre la realidad durísima , de la política del hijo único en China. Creo que para nuestras hijas e hijos adoptados en China, puede ser muy interesante, llegados a cierta madurez, para entender mejor por qué pudieron ser abandonados y lo que pudieron sentir esos padres antes de abandonarles. 

Aquí vemos la distopía que supone que el Estado te controle cuantos hijos puedas tener, y cómo colaboran los otros ciudadanos vinculados al partido y las empresas estatales, para que se haga realidad esta política de hijo único.

En esta película les obligan a abortar, y por otro lado les premian como mejores empleados del mes, en su colaboración al sistema de control de población. Y lo hacen partícipe ante toda la empresa, con lo que significa que tengan que airear su aborto ante toda la fábrica.


La película juega mucho con los flash-backs, y a veces no entendemos realmente quién ha muerto o qué niño es ese que vive con los protagonistas algo más mayores.  Pero la película juega con esta incertidumbre, para retratar mejor la felicidad inicial y luego el extremo dolor por la pérdida de  un hijo. Y la relación de pérdida de nuevo de amigos, de otras posibilidades de hijos y del hijo adoptado.

Este hijo parece que no ha establecido un apego seguro con ellos. Y más bien parece evitativo, todo el día en su cuarto jugando a los videojuegos y relacionándose mal con sus compañeros del cole. 

Se escapa y se las hace pasar muy duro. Pero está por un lado plenamente adolescente y por otro con un apego que no siente hacia ellos, que le hablan y entre ellos también , con términos como que no agradece lo que se le ha dado. Y él mismo dice que nunca estará a la altura (entendemos que del hermano muerto, al que sustituye).

Esta idea de la sustitución de niños es odiosa, pues genera unas expectativas sobre el que vive, muy destructivas de su identidad. No se siente visto y querido por el que es, sino en la medida que refleja a otro que es un fantasma. Y esto hace mucho daño a su autoestima y a su identidad. 

Pero estos padres jamas pudieron hacer el duelo por el hijo muerto. Y aunque siempre supieron quien pudo ser el causante de su muerte, lo perdonaron y quisieron protegerle, pues lo consideraron un accidente de niños. Pero entre ellos generó un vacío, también interno, que nunca se pudo superar y que les hacía vivir como autómatas, a pesar de tener este nuevo hijo.

Una película que trata muchos temas, compleja, que recorre la China desde 1970 a casi nuestros días, y que da mucho juego con nuestros hijos e hijas adolescentes y jóvenes, para poder hablar con ellos sobre la realidad de sus orígenes y de aquella política nefasta del hijo único, que hizo tanto dolor y tanto daño a muchas familias de su país, incluida su familia biológica.

Una dirección magnífica, música excelente, y una evolución de los personajes con un maquillaje extraordinario. Muy recomendada. Actualmente en Filmin



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